Por Daniel do Campo Spada
El Juez Claudio Bonadio es un perfecto ejemplo que lamentablemente se repite y mucho en la Justicia de cualquier país. Pertenecen y representan a determinados sectores corporativos que los “miman” y protegen y que a su vez son los que los han hecho llegar. Porque esas “cuevas del poder” tienen dinero y tentáculos también en sectores legislativos, paso previo a las postulaciones a cargos del “tercer” poder de la República. Claro que esa “pertenencia” tiene el precio de la funcionalidad. Como si fueran células dormidas despiertan cuando se los necesita. Sigue leyendo