Por Daniel do Campo Spada
En la tapa del N° 43 de la revista ECO Informativo pusimos la foto en que el ex Presidente Néstor Kirchner abrazaba a una Madre de Plaza de Mayo con una frase que resume el espíritu de esta nota “Murió Néstor y nació un Movimiento”. A pocas horas de los tres meses de su fallecimiento su figura se ha agrandado tanto dentro como fuera de la Argentina y aunque es muy pronto para hacer proyecciones, la primera impresión es que estamos ante una evolución del justicialismo peronista. Estamos ante algo nuevo. El justicialismo kirchnerista.
Ni siquiera los medios de derecha se atrevieron a negar la participación y fervor militante de los jóvenes en los funerales de Kirchner, en una línea que no se veía desde la década del 70 en la que se perdió la que hasta ahora fue nuestra mejor generación. Quien mejor lo entendió fue la oligarquía, que de la mano de las fuerzas armadas (con su peor generación) y un sector de la Iglesia Católica (la conducción) exterminó a jóvenes que se habían fogueado en la resistencia a las sucesivas dictaduras anti obreras y que fueron beneficiados de los últimos estertores de lo que fue una educación pública que era un orgullo a nivel mundial.
Pero estos jóvenes tienen algo a favor. Son hijos directos de la democracia. Nacieron y aprendieron a vivir en la democracia y a pesar de que el mensaje que las “fundaciones” neoliberales intentaron inyectarles del individualismo consumista que quiso imponer la dictadura de los militares (con cívicos derechistas) desde el 76, han recuperado el sentido de lo colectivo. Están volviendo a pensar y un pueblo que piensa camina.
En la Plaza de Mayo, auténtico talismán político de la historia argentina, se juntó el Pueblo, con mayúsculas y no el impersonal “la gente” que tanto le gusta usar a las usinas de la intolerancia conservadora. El Pueblo pisa las calles y la Gente lo mira por televisión. Cabe acotar que el espontaneísmo es una variante que molesta bastante a los oligopolios y a las corporaciones. No hay choripanes que valgan como forma parte de su discurso de desprecio ante las multitudes.
Los movimientos evolucionan. A poco de andar, el kirchnerismo muestra otro peronismo distinto al anterior y es la participación de sectores que hasta hace poco estaban decidida y marcadamente afuera, con un justicialismo que no ponía nada para atraerlos tampoco. El kirchnerismo por el contrario despierta adhesión en radicales progresistas, distintas variantes de izquierda, movimientos sociales de base o territoriales, de género, culturales y hasta de la siempre esquiva clase media.
¿Es Kirchner superior a Perón? Demasiada pregunta para tan poco espacio, pero no cabe duda que Néstor es más cercano al Pueblo que Juan Domingo. Está más cerca de Evita que del fundador del movimiento. Son etapas distintas también aunque nos atrevemos a decir que el recientemente fallecido ex mandatario es mas cercano a la gente del común. Estudió en una universidad pública y militó en los setenta y eso es una diferencia abismal. No era militar y eso es una ventaja. ¿Podría Perón como ex militar haber empujado a una política de Derechos Humanos en la que se ponía en evidencia el carácter sanguinario de más de una generación de uniformados? ¿Perón se habría enfrentado a las corporaciones? Muchas veces en las Unidades Básicas se habla de que Perón no era Evita. Hoy se puede decir en el común del Pueblo que Néstor no es Perón. Consideremos que son épocas distintas. De ello no cabe duda.
¿Habría prohibido Perón la represión a las protestas sociales? Son época distintas…
Perón lo creó, Evita le dió el espíritu de pueblo, la resistencia lo consolidó, López Rega, Isabel Martínez y Carlos Menem casi lo destuyen y Néstor Kirchner, con la acción indudable de Cristina Fernández lo llevaron a una etapa superior. El justicialismo debe consolidar esta nueva etapa de apertura y seguir evolucionando, pero no cabe duda que ha avanzado, que es una etapa superior a la inicial. En su interior aún hay agazapados muchos conservadores (de derecha, nazionalistas, ortodoxos, verticalistas, menemistas y otras yerbas) que intentarán poner en marcha una restauración conservadora. Ocurrió en la Iglesia Católica, ¿por qué no podría ocurrir ese retroceso en el justicialismo? De la generación presente de militantes y dirigentes es la responsabilidad de establecer un mojón en el principal agrupamiento del país en el último siglo.
do Campo Spada, 2011 (C)
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ENERO 2011-01-22
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